300 personas recorrieron 50 cuadras y ocho pizzerías. Ganó la muzza al corte de Güerrin.
Por MARIANA ROLANDI PERANDONES
Sin entrenamiento, sin zapatillas, sin sponsors de la vida sana.
Para este maratón sólo se necesitaba ser fan de la muzzarela, tener ganas de divertirse con amigos y disfrutar de una larga caminata por Buenos Aires. Con este espíritu, fueron más de 300 comedores de pizza los que se sumaron a la Muza5k.
El objetivo era claro: recorrer más de 50 cuadras de la calle Corrientes y ocho pizzerías en busca de la mejor muzzarela al corte. El moscato y la cerveza, apuntalaban la misión. Las redes sociales lograron que en el arranque, a las 18 del sábado, se juntaran en “El Imperio” de Lacroze unas 80 personas. Con corte de piolín blanco, Joaquín Hidalgo, periodista e ideólogo de la Muza5k, abrió la movida.
La idea nació hace un año. Tres amigos –Hidalgo, Martín Auzmendi y Franco Antolini– discutían sobre cuál era la mejor pizza de toda la avenida Corrientes. Como no llegaron a un acuerdo, decidieron recorrerlas todas. En septiembre de 2012, largaron el #Muza5k a las redes sociales, la hicieron y se divirtieron mucho. Pero esta vez, fue “una locura”, como ellos mismos contaban el sábado entre risas. Es que sólo en Twitter el hashtag tuvo más de 500 mil vistas y mucha repercusión también en Facebook.
Una hora y media después del inicio en Palermo, con paso por “La Continental”, ya eran 150 maratonistas en “El Trébol” de Villa Crespo. El barrio estaba revolucionado. “¿Vos entendés, mamá? ¡Van a estar toda la noche comiendo pizza, está buenísimo!”, le gritaba un nene de 10 años a su madre, quien con cara asombrada, zigzagueaba entre la gente con el cochecito de un bebé por Angel Gallardo. Pero entonces los vecinos empezaron a acercarse, alentados por el entusiasmo deportivo, y la pizzería dio la orden de porciones gratis. Aplauso general. A los minutos, sirvieron el moscato de Crotta, la bebida oficial de los 5k. Con la panza llena, aunque todavía faltaban horas de muzzarela, a la orden general de “a Kentucky”, se despejó el barrio.
Como si de peregrinación religiosa se tratara, los participantes se iban dando ánimos por la caminata. “¡Vamooooo la pizza!”, era el aullido de los fanáticos. Y así llegaron a la esquina de Billinghurst. “Muza5k explotó”, dijo Joaquín Hidalgo. Las pruebas de su afirmación estaban a la vista: la fila para esperar una porción daba vuelta la esquina y seguía hasta mitad de la otra cuadra.
Desde la década del 30, a las nueve y media de un sábado por la noche, “Güerrin” no puede más de gente. Exacta a esa hora, llegaron luego de largas 22 cuadras los comensales. Así que fue fila afuera, entraron de a cinco y salieron triunfantes con su porción. A la fiesta en la vereda se acercó en forma espontánea, como mucho de lo que sucedió esa noche, la banda “La familia de Ukeleles”. Música, pizza, moscato.
A la fiesta porteña no le faltaba nada.
A mitad de camino, “El trébol” venía liderando el podio: “Es crocante, al molde, pero no tiene tanta masa, muy buen queso”, resumía la DJ Ana. Pero la cata en “Güerrin” aportó nuevos resultados.
“Esta es la mejor”, afirmaba el grupo de Néstor, Martín y Alberto, solteros por una noche para encarar juntos la caminata. “El queso de esta pizza es increíble”, decía una parejita de 20 años, y asentía el resto que los rodeaba. Faltaban tres lugares más: “Banchero”, “Las Cuartetas” y “La Rey”, pero la ganadora ya se había asomado. Y así fue, poco antes de la medianoche, se coronó como la reina de la muzzarela al corte.