Breve historia de "la gloriosa redonda" en las orillas del Río de la Plata.
La palabra pizza deriva del termino griego “plax” (superficie plana) y si bien tiene antecedentes en Egipto y Roma, la pizza tal como nosotros la conocemos se inventó en Nápoles entre los siglos XVIII y XIX y alcanzó su punto más alto en 1889, cuando Raffaele Sposito creó la pizza Margherita.
¿Cuándo llegó la pizza a la Argentina? Fue gracias a la segunda oleada de inmigrantes italianos, mayoritariamente del Sur, que arribó a las orillas del Plata a fines del siglo XIX.
El primer registro de un horno donde se elaboró fainá es de La Boca, horno construido en 1882 por el napolitano Nicola Vaccarezza.
Al año siguiente, el inmigrante genovés Agustín Banchero creó la fugazza con queso en el mismo barrio.
A partir de 1990 las pizzerías comenzaron a desperdigarse por toda la ciudad.
Según el libro “Pizzerías de valor patrimonial de Buenos Aires”, la Av. Corrientes fue “la segunda patria del plato. Pin Pun, Güerrin, Serafín, Marín, Los Inmortales, Banchero Centro, Rey, Las Cuartetas y El Palacio Rey, así lo certifican”.
Además surgió la figura del pizzero ambulante, que sobre unos caballetes vendía la pizza de tacho en las inmediaciones de las canchas de fútbol.
También hubo pizzerías que dejaron su huella en la memoria de la gente, como Angelín, sobre la Av. Córdoba, Guastavín, Dini, Priano y Tuñín. Algunos de estos templos gastronómicos lamentablemente han desaparecido.
Lo cierto es que la Argentina en general y Buenos Aires en particular han sabido crear una pizza con identidad propia, más gruesa, aceitosa y generosa en cantidad de materia prima, muy diferente a la pizza de masa fina y austera que por lo general se come en Italia.
¿De qué otras pizzerías emblemáticas te acordás?
Fuente: http://www.viaresto.clarin.com/Notas/Los-inicios-de-la-pizza-portena-1533.aspx?utm_source=clarin&utm_medium=caja&utm_campaign=caja
El Fortín, en el barrio de floresta
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